Te odio por no haberme permitido alejarme cuando yo estaba emocionalmente a tiempo: en aquel invierno de octubre.
Te odio por llorar e insistir aquella vez que nos quedamos encerrados, por la dinámica adquirida desde entonces, donde tu confusión sólo me generó esperanzas.
Te odio por no haberme dado el soporte que necesitaba por la pérdida que tuve.
Te odio porque la segunda vez que yo estaba asumiendo las cosas con calma interrumpiste mi duelo llamándome en navidad y buscándome al regreso de tu viaje.
Te odio por todas aquellas veces donde yo sólo quería escucharte y conversar y tú buscabas algo más, y yo por estúpida terminaba tirando para ver si durante el “después” podíamos hablar.
Te odio porque después que decidiste asumir una nueva relación y ya no quisiste tirar conmigo, nunca más fuiste capaz de quedar para conversar o conversar en estos cuatro meses.
Te odio porque al no dejarme hablar, hiciste que toda esta mierda se acumulara en mi, y no tengo como deshacerme de ella.
Te odio porque siempre has tomado tus decisiones unilateralmente, e incluso ahora piensas decidir sobre mis sentimientos y mi proceso de duelo, cuando fuiste tú quien lo interrumpiste.
Te odio por haberme mantenido viva cuando era más fácil suicidarme, sin dejar a mis padres peleados entre sí, y a mi madre totalmente sola.
Te odio porque no me quieres, porque me usaste para cubrir tus necesidades afectivas y hormonales, porque no eres capaz de reconocer tus faltas, porque jamás escucharé de tu boca un “disculpa” o “perdóname”
Te odio por haber hecho que llegara a mi límite y aflorar mi agresividad.
Te odio por hacer todo para que te odie, cuando en realidad, aún te quiero.
(Unico texto no realizado por IERZZUN)
2 comentarios:
muy lindo pero el amor no es ganar ni perder sino sentirlo...solo anda detras d tus sueños jeje...
Muy muy bueno... que pena que tengamos que sufrir tanto a veces... que tengamos que odiar tanto y al final no podamos mas que seguir dándoles todo de nosotros.
Insisto en decir que muy lindo ensayo... transmite cada milésima de sentimiento que la autora sentía en el momento que la escribió.
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